La FCAC recogió en Cataluña un total de 5 toneladas de tallos de girasol y 2 toneladas de tallos de maíz. A continuación se transportaron en camión a Tarbes, donde se optimizó su fraccionamiento. El proceso desarrollado comprende varias etapas sucesivas: trituración de los tallos mediante un molino de martillos, desempolvado, desfilado y separación de los agrogranulados de la corteza y la médula (por cribado, aspiración y luego purificación).
Por un lado, la molienda permite reducir el tamaño de las partículas sólidas y, al mismo tiempo, desprender las partículas de médula de la corteza. Por otra parte, la separación de la médula y la corteza es posible gracias a la importante diferencia de densidad aparente entre estos dos tipos de partículas: 20 kg/m3 y 100 kg/m3, respectivamente. El proceso de cribado elimina el polvo de los tallos molidos, mientras que el proceso de aspiración aísla las partículas de médula más ligeras. Sin embargo, es necesaria la depuración en una cinta inclinada para eliminar los trozos más pequeños de corteza de la médula. También se llevaron a cabo etapas complementarias de desfilado y cribado para obtener áridos vegetales compatibles con un uso en la construcción.
A continuación, se caracterizaron los agrogranulados de médula y corteza desde el punto de vista físico-químico, tanto en la parte francesa (INPT y UPS) como en la española (UPC). También se pusieron a disposición de la acción nº 4, cuyo objetivo es desarrollar y caracterizar una solución constructiva a base de tallos de girasol y maíz, combinando un hormigón ligero de origen vegetal (que incluye partículas de corteza de girasol o maíz) y un panel aislante ligero semirrígido (panel formulado a partir de agregados de médula de girasol o maíz).
Actualmente se está realizando una segunda cosecha de tallos de girasol y maíz, también en Castelló d’Empúries. Esta cosecha de 2021 pretende recoger estas dos biomasas en cantidades suficientes para las necesidades de la Acción 5, que diseñará y construirá dos prototipos de celdas instrumentadas al final del segundo año del proyecto. Las necesidades de girasol y maíz se han estimado en 9 y 3 toneladas, respectivamente. Con el fin de mejorar la eficacia y reducir el impacto medioambiental de la cosecha, este año la recolección se llevará a cabo con una cosechadora de forraje, una vez cosechado el grano. La recolección se realizará sobre tallos ya secos (con un contenido máximo de humedad del 10%) y la finura de la trituración en la picadora se fijará en 3 mm. De este modo, se garantiza que el material cosechado tenga ya el tamaño de grano adecuado. Por lo tanto, el proceso de tratamiento de los tallos que se llevará a cabo en el INP se simplificará. En efecto, sólo se trata de las tres etapas siguientes: desempolvado, desfilado y separación de los agrogranulados de corteza y médula (por tamizado, aspiración y luego purificación).